Imagina una comitiva de personas, niñ@s, mayores y más mayores, elegantemente vestidas con trajes de algodón orgánico y cáñamo, en bicicletas con latas atadas a los cuadros de cada una de ellas, algunas de esas personas con hornazos en los portabultos y calderillo bejarano, unos bollos maimón y unas rosquillas de Ledesma, otras con algo de turrón de la Alberca, almendras garrapiñadas de Alba de Tormes, lentejas de la Armuña, ibéricos de Guijuelo, chanfaina, farinato y patatas meneás... todas ellas circulando por la Gran Vía o por el Paseo de Carmelitas en dirección hacia la Plaza Mayor de Salamanca.
Con los ojos cerrados y con una sonrisa en los labios nos podemos imaginar semejante cuadro... representativo de lo que vendría a ser una boda ecológica, porque sí, una boda, una unión de dos personas libremente decidida, aspecto importante y directamente relacionado con el desarrollo de nuestra afectividad y, por ende, de nuestra sexualidad, puede ser ecológica.
Si estás pensando en celebrar ese momento, también puedes pensar en el futuro y en el cuidado del planeta Tierra, sobre el cual no pasamos desapercibid@s, porque las decisiones de un@ también cuentan.
Pero hay muchas más cosas que puedes hacer para que tu boda, además de especial y única, sea aún más ecológica... si quieres saberlo no hace falta que te pongas a buscar información, desde Cuarenta Grados en media hora, además de ponerte al día con las noticias más interesantes y recomendarte alguna lectura caliente, te damos una serie de sugerencias y alternativas con sólo pulsar "play" en la barra a continuación.
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